Un toque de hogar

La atención al cliente es excepcional. Irene, la anfitriona, se aseguró de que cada detalle estuviera cuidado. Disfrutamos de unas noches de paz. el hotel es acogedor y perfecto para desconectar.

El pueblo tiene poca cobertura móvil, lo cual puede ser un inconveniente si necesitas estar conectado. Sin embargo, para mí fue una bendición estar alejado del bullicio.

Recomiendo probar el vino local Siletium, ¡es realmente excepcional! Además, el trato del personal destaca por ser muy cercano.

Un refugio en la tranquilidad

Este lugar es perfecto para desconectar. La atención del personal fue muy cercana y servicial. La habitación era súper cómoda y silenciosa, ideal para descansar tras un día explorando el pueblo. El desayuno era rico, con café y tostadas. Lo único a mejorar sería un poco más de variedad en las opciones de jabón en el baño.

Experiencia encantadora en un rincón de España!

Disfrutamos de una estancia maravillosa. El restaurante local nos sorprendió con exquisiteces como pimientos rellenos de rabo de toro. Un tip, ¡no te pierdas los postres caseros! La atención fue excelente, superando nuestras expectativas. Recomendamos llevar un taburete para mayor comodidad en la habitación.

La habitación era amplia y silenciosa, ideal para escapar del ruido. La comida, especialmente los platos locales, se destacó, con vinos de la zona que complementaron perfectamente la experiencia.

Aun cuando la experiencia fue grata, algunas cosas podrían mejorar. Pasamos un poco de frío la primera noche, y las camas eran incómodas—pudimos sentir cada bache. Las luces estaban fundidas en algunas áreas, y el desayuno no era más que tostadas básicas, lo que nos dejó con ganas de más. notamos que el acceso a la televisión era limitado por la falta de cobertura de señal en el pueblo.

excelente calefacción, ubicación encantadora, pueblecito pintoresco

Las almohadas eran de un grosor ridículo y las camas incómodas!!! Además, sería útil que arreglaran las cerraduras de las puertas y las luces fundidas.

Este lugar es perfecto para mí, con un restaurante increíble, un bar cómodo, y actividades al aire libre como senderismo. Recuerdo que en mi primera estancia, el personal me ayudó despertándome por la mañana. ¡No duden en probar los vinos locales! Sin duda volveré por un fin de semana.

La habitación era amplia y cómoda, y la comida del restaurante fue de calidad, especialmente los pimientos rellenos. Sin embargo, la comodidad de las camas no fue óptima y el desayuno podría mejorar en variedad. Aún así, disfrutamos de un ambiente tranquilo y la atención del personal estuvo a la altura.

El trato fue excepcional, y la comida deliciosa, especialmente el desayuno con productos locales. Volvería sin dudarlo a disfrutar del ambiente encantador.

La Sabina es un hotel acogedor, con un personal atento que me ofreció un delicioso vino tinto al llegar y un desayuno sencillo pero agradable, que me dejó lista para explorar el encantador pueblito que lo rodea.

Las almohadas eran demasiado delgadas y necesitaban mejora.

La atención, la limpieza, la comida de calidad fue excepcional.

estuve una noche en castillejo de robledo y me sorprendió lo acogedor que fue el hotel. la atención fue excepcional, con un desayuno de café con leche y tostadas recién preparadas. el ambiente del pueblo y sus calles estrechas me encantaron, definitivamente volveré.

la habitación necesitaba algunos arreglos.

el encanto del pueblo y la hospitalidad genuina

comida de calidad, trato cercano

sobrecito de jabón

La habitación es amplia y muy cómoda, ideal para descansar tras un día de caminatas. Un punto en contra, los sobrecitos de jabón son muy pequeños. El restaurante ofrece buenos platos locales y un excelente vino. Además, hay eventos deportivos en vivo que hacen la experiencia más divertida.